sábado, 4 de mayo de 2013

Un mar de deseos





Quiero apretarte, con los pulgares, con los dientes, con las palmas, en los lugares donde abunda la piel y en otros donde abunda la perversión, marcarte mis labios, que nuestros gemidos circulen en rumores, de boca en boca, de mirada en mirada. Que contigo he fantaseado, he pecado, he glorificado, en el agua, en el suelo, en un mar de sudor y encanto. Rasguemos los tabúes pero antes tus medias, tu espalda, los espacios donde más profundo es el goce. Quiero que en tus noches corran caricias, calores, gemidos, fluidos. Volverme el féretro en tus muertes y la hamaca en tus despertares, el diván para tus manías, el fuete en tus castigos. Quiero que sepas que contigo levanto impulsos a diario, no los has visto, pero te aseguro que el día que te los ponga de cerca, sentirás tan sólo un poco, de éstos y otros arranques que en el piso, en la ducha, y en las noches de suelo y descanso acolchonado, me esperan por ti, por nuestra lujuria y nuestras manías juntas.



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